Sí, algunos pudieron pensar, en diciembre de 2019, que la COVID-19 no era algo real o, que si lo era, tal vez no sería tan grave. Hoy, las noticias de gente más cercana a nosotros que se está contagiando van en aumento y no queda mucho espacio para el escepticismo. Sin embargo, esta es una de miles de enfermedades por las que podríamos enfermar leve o hasta gravemente e incluso morir. La muerte, finalmente, es una realidad que nos alcanzará, tarde o temprano. Esta enfermedad nos vino a recordar la fragilidad nuestra y de toda la humanidad. ¿Qué debemos creer respecto de esta realidad que hemos recordado, justo al comenzar el 2020?
Déjame compartir contigo dos asuntos relacionados directamente con esta pandemia, con la fragilidad y con la realidad de la brevedad de nuestra vida. Por favor, no te vayas sin leerlos. En el menú COVID-19 de este sitio, también encontrarás más información que podría serte útil durante esta pandemia, y quizás más allá de ella.
Primero, qué es lo que creo respecto de la vida, la muerte y la eternidad. Haz clic aquí para leer.
Segundo, qué creo con relación a los cuidados de la salud, vistos desde una perspectiva bíblica. Haz clic aquí para conocer estos principios.