“Al mostrar la versión de la vida más divertida, gozosa, resumida, y que invita constantemente a la comparación en la cuál tendemos a vernos como perdedores, Facebook parece explotar el talón de Aquiles de la naturaleza humana”, escribe Copeland.
Continuar leyendo en: Por qué las redes sociales (y la iglesia) te están poniendo triste